Programación
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Domingo |
2:00 pm |
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3:00 pm |
Miércoles |
2:00 pm |
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Jueves |
2:00 pm |
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Viernes |
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3:00 pm |
Sábado |
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3:00 pm |
Etiquetado como: Infantil
Agradecemos la oportunidad de compartir con nuestros oyentes un poco sobre el ministerio de Your Story Hour. Entre las preguntas formuladas sobre YSH, la más frecuente es, "¿Cómo empezó el programa?" En realidad, este ministerio para niños lo inició Dios y no un hombre o una iglesia. A mediados y finales de los 40, más y más gente comentaba sobre el aumento de la delincuencia juvenil. Un fin de semana, cuatro parejas nos reunimos para cenar. El tema de las necesidades de los niños surgió.
Nuestra anfitriona, Genevieve Clymer, sugirió que tal vez sería una buena idea si nos reuniéramos cada sábado por la tarde para contar historias a los niños. Poco después, reservamos un salón situado en el segundo piso del edificio de la estación de bomberos en la pequeña villa de Eau Claire, Michigan.
Cada sábado por la tarde, lloviera o tronara, una pandilla de chicos del barrio subían corriendo por las escaleras. ¿Para qué? Para escuchar emocionantes historias de la Biblia y de la vida real … Los niños nunca habían escuchado esas maravillosas historias de la Biblia acerca de David, Daniel, José y muchos otros.
A la comunidad le gustaba lo que estábamos haciendo y nos lo decían, y empezamos a orar para encontrar la forma de organizar muchas otras reuniones para contar historias en todo el país. Fue unos meses más tarde que tuve la oportunidad de compartir nuestra experiencia con HMS Richards, un evangelista radial. Cuando terminé de hablar, se dirigió a mí y me dijo: «Debemos tener un programa de radio para los niños. Por años he estado tratando de iniciar dicho programa, pero nunca he podido hacer nada. Es un campo abierto, y deberíamos estar haciendo algo al respecto.»
Nunca se nos ocurrió siquiera pensar en un proyecto como este. Sin embargo, cuando informé lo que el evangelista habia dicho, Jay Clymer, nuestro director, dijo. «Creo que tenemos que adaptar lo que tenemos para la radio.» Todos nos reímos de su propuesta, suponiendo que él no hablara en serio. Sin embargo, poco tiempo después, Jay contactó una estación de radio local y habló con el gerente de la estación quien se mostró muy entusiasmado. «Si ustedes pueden adaptar lo que tienen para la radio,» dijo, «Te doy media hora de tiempo al aire para trasmitir las historias semanalmente durante un año …»
No hubo aplausos cuando recibimos ese informe. «¿Cómo crees que se podría producir un programa de radio?» pregunté. Pero mi amigo misionero, Clymer, no fue disuadido. Sus ojos estaban fijos en las estrellas. Finalmente me enfrenté a su esposa, Geneviève, para demostrarle que esto no iba a funcionar.Sólo haríamos un espectáculo de nosotros mismos. Estábamos condenados al fracaso.
Ella no dijo nada, sólo me pidió que pasara a la biblioteca. Señaló una pequeña tarjeta en la pared y me sugirió que la leyera. Éstas son las palabras que leí: «No es necesario ir a los confines de la tierra para obtener sabiduría pues Dios está cerca. No es la capacidad que posees ahora ni que algun día tendrás lo que te dará éxito, sino lo que el Señor puede hacer por ti. Debemos tener menos confianza en lo que el hombre puede hacer, y mucha más confianza en lo que Dios puede hacer por cada alma creyente. Él anhela que lo alcances por fe. Él anhela que esperes grandes cosas de Él. Él anhela darte la comprensión tanto en asuntos temporales como en asuntos espirituales. Él puede afinar tu intelecto. Puede darte tacto y habilidad. Pon tus talentos a trabajar, pídele a Dios sabiduría, y te será otorgada.» -C.O.L.
Bueno, esas palabras terminaron la discusión, y nos pusimos a trabajar. Practicamos el primer guión por tres meses, y salimos al aire en vivo. A partir de entonces, era un desafío escribir y producir un programa cada semana. Después de los primeros dos o tres programas, era un verdadero dolor de cabeza encontrar gente dispuesta a desempeñar los guiones de las historias. No podíamos pagarles, y siendo aficionados, puedo decirles que fue sólo por la gracia de Dios que nos quedamos al aire … Sin embargo, persistimos obstinadamente. Oramos, trabajamos y oramos un poco más. No pasó mucho tiempo cuando una segunda estación tomó el programa, y luego una tercera y una cuarta …
Cerca del final del tercer año, el guionista y yo estábamos casi agotados. (Ambos trabajábamos tiempo completo en otros lugares.) La Junta sugirió que él y yo trabajáramos tiempo completo con un sueldo de 50 dólares a la semana. Sin embargo, permanecía un problema. La junta no dijo de donde iban a salir los $50 semanales!
Pero Dios nunca nos deja. A partir de ese principio y bajo Su bendición, el programa se ha expandido a cientos de estaciones de radio en todo el mundo. Y el desafío de aprovechar las nuevas oportunidades de comunicar el mensaje evangélico a los niños y niñas y sus familias continúa ante nosotros.
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